ALAMEDA (1831-2014)

ALAMEDA  (1831-2014)

 

Sergio Candelas Villalba 3Por Sergio Candelas Villalba

La Alameda de la ciudad de Zacatecas data del año de 1831 cuando era gobernador del estado, Francisco García Salinas, “Tata Pachito”, se comenzó a preparar el terreno por el lado Poniente en la tercera parte de la longitud que ahora tiene con el objeto de plantar allí árboles

A fines de 1835, Santiago R. Villegas, Comandante General interino, puesto por Antonio López Santa Anna que se apoderó de la gobernación del Estado, en sustitución del general Joaquín Ramírez y Sesma, llamado por el dictador para que lo apoyara en la guerra de Texas, plantó los primeros árboles, construyó la barda que la circunda, se hicieron costosos rebajes y se construyeron dos fuentes en la Alameda semejantes a las de la Alameda de la ciudad de México.

Esa administración pública impuesta por el veracruzano, siempre fue rechazada por la sociedad zacatecana, acostumbrada a elegir democráticamente a sus gobernantes a través del Poder Legislativo. Entonces, el poeta festivo zacatecano, de apellido Careaga, muy popular por su facilidad para ironizar, compuso unas cuartetas que hasta la fecha muchos zacatecanos todavía recuerdan y repiten, dicen así:

 Un como conquistador,/  Un militar sin tal arte, /  Un hijo de cualquier parte, /  Un como gobernador. /  Estas pilas mando hacer /   Para perpetua memoria, /  De una que llaman victoria  /  y que nadie pudo entender. 

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Trinidad García de la Cadena
(Gobernador 1869-1880)
Pintura de Antonio Candelas Villalba

Los versos aluden a la derrota de las tropas de “Tata Pachito”, a manos del general Santa Anna en los llanos de Guadalupe y por la cual se perdió Aguascalientes.

En la calle que está en el lado Sur de la Alameda, se levantó un elegante templecito que se llamó capilla de San Diego de Tonalán Chepinque. Su planta en forma de Cruz Griega con los cuatro brazos iguales, tenía altares de madera pintados de un color verde azufrado, con filetes de oro. En el altar principal se veneraba una imagen de Nuestra Señora de la Soledad y que, según versión algunas personas que vivieron en ese tiempo, la imagen se venera en el templo de la Santa Escuela.

En uno de los altares laterales de lo que fue la capilla de San Diego Tonalán Chepinque estaba un crucifijo llamado como “El Señor de los Trabajos”, a quien los barreteros de la mina de Quebradilla le tributaba culto y le hacían lúcidas fiestas, por encontrarse muy cerca de la mina.

Gracias al nombre de este templo, a la calle se le nombró de Chepinque, luego se le puso el de J. I. Medina, y después del Cuarto Centenario de la fundación de la ciudad de Zacatecas en 1946 se le llamó avenida Torreón.

En 1842 el Ayuntamiento de la ciudad, a través del Prefecto Político, Francisco Gómez se compró a los frailes del Convento de La Merced, unas fincas en ruinas que existían en el lado Oriente de la Alameda para ampliarla a la dimensión que tiene en la actualidad. El mismo Prefecto mandó arreglar y emparejar el terreno.

Por el año de 1865, la plaza donde hoy está el jardín Morelos, cerca de la Alameda, se llamaba “Plaza de las Tunas” porque se destinaba la venta de este producto. Muchas veces  esta plaza se improvisaba como Plaza de Toros y ahí se celebraban corridas. El 27 de junio del mismo año, José María Miranda, Subprefecto Político Interino de la ciudad, propuso construir este jardín, iniciativa que sometida para su aprobación, dentro del presupuesto elaborado por el Alarife Cornelio Campos, que ascendía a 8 mil 150 pesos, fue aprobada. La construcción se inició al día siguiente.

Trinidad García de la Cadena nació en Villa del Refugio en 1823 (hoy Tabasco desde 1835), Zacatecas. Combatió contra la Invasión Norteamericana; de tendencia liberal, sostuvo el Plan de Ayutla, la Guerra de Reforma y la Constitución de 1857; durante la Intervención Francesa se sumó al Imperio de Maximiliano por breve tiempo; luego luchó en las filas republicanas, participó en el Plan de la Noria, y al lado de los porfiristas en el Plan de Tuxtepec.

Fue gobernador constitucional del Estado de Zacatecas en cuatro períodos: del 16 septiembre de 1869 al 31 de agosto de 1870; del 25 de noviembre al 8 de diciembre de 1876; del 8 de enero al 26 de febrero de 1877; del 24 de mayo de éste año al 8 de abril de 1879 fue Secretario de Gobernación de Porfirio Díaz, en este lapso dejó como gobernador interino a Genaro Raigoza, pero él seguía gobernando desde el centro en el período constitucional que abarcó del 21 de marzo de 1877 al 16 de septiembre de 1880.

En éste año le sucedió en la gubernatura Jesús Aréchiga, quien, por los méritos relevantes de su antecesor, le dio a la Alameda el nombre de “Trinidad García de la Cadena”, aun cuando, años después, el sector oficial no se atrevía a mencionarla como tal, pues García de la Cadena fue contendiente por la candidatura a la Presidencia de la República, de Manuel González en 1880 y de Porfirio Díaz en 1884, en ambas ocasiones fue derrotado. Pasó a formar parte de la oposición, muy vigilado en el porfiriato, no cesaba en sus intenciones de seguir compitiendo electoralmente, hasta que fue asesinado por Atenógenes Llamas, en Estación González (Opal), Mazapil, el 31 de octubre de 1886, en tiempos de Aréchiga quien alternó la gubernatura a partir de aquel año de ’80 hasta el 16 de septiembre de 1900.

En abril de 1901, la Negociación de San Rafael suspendía el desagüe de la mina de Quebradilla, cuya agua se utilizaba en el riego de la Alameda, como se le decía a secas, y jardines anexos. Con ese motivo N. G.  Cárdenas, Jefe Político, convenció a la misma Negociación para que facilitara la maquinaria del tiro de Lete para la extracción del agua necesaria para abastecer a la población de la ciudad.

Otra de las mejoras que se le hicieron a la Alameda en ese tiempo, fue la reposición de las antiguas fuentes que fueron sustituidas por dos de fierro forjado que embellecían el tradicional paseo dominical. Una de estas fuentes, la contigua al jardín Morelos, fue inaugurada el 5 de febrero de 1902, y la otra el 5 de mayo del mismo año.

En atención al mal aspecto que ofrecía el Kiosco situado en la parte central de la Alameda, por el deterioro en que se encontraba, se hicieron trabajos para restaurarlo, sin remodelarlo, sino apegado a la estructura aprobada por el gobierno de Genaro G. García.

El Jefe Político del municipio, Cárdenas se esforzaba por mejorar las áreas urbanas como los “embanquetados” que prolongaban las banquetas de una a otra esquina, en varias calles, entre ellas de los callejones de Villegas y de Yanguas; del Figaro y el jardín Juárez, entre otras.

Esta administración comenzó a construir el kiosco que fue terminado el 21 de junio de 1904, siendo ya gobernador Eduardo G. Pankhurst, cuyo costo fue de 5 mil 100 pesos; el Jefe Político entonces era el inolvidable ingeniero Luis G. Córdova; el kiosco fue inaugurado con el nombre de “Carmen Romero Rubio”, esposa del presidente Porfirio Díaz.

A iniciativa de las señoras Mariana García de Gómez, nieta de “Tata Pachito” y Rosa Escobedo de Viadero compraron en la Alameda, en ese año de 1904, una finca que perteneció al ingeniero Joaquín Ramos y allí levantaron la capilla de “Las Siervas de María” en la plaza del Estudiante, que también desapareció cuando gobernaba José Rodríguez Elías, y donde ahora, se encuentran unas horrendas cocheras con puertas

metálicas pintadas de color negro.

Fray Guadalupe de Jesús Alva y Franco, obispo de la Diócesis de Zacatecas, bendijo el templo el viernes 23 de octubre de 1908. En esa ocasión se celebró un Te Deum y al día siguiente se abrieron sus puertas al culto católico. El decorado, de estilo del Renacimiento, fue dirigido por don Eustacio Flores, a quien yo conocí ya anciano, que acostumbraba vestir traje de pana color amarillo, fue abuelo de mis primos los Flores Candelas, hijos de mi tía Beatriz, hermana de mi padre Antonio. La parte arquitectónica de gusto Bizantino, estuvo

a cargo del maestro de obras Dámaso Muñetón. Para capellán de esta casa de oración, fue designado el presbítero Vicente G. Jasso. En 1914 fue cerrada esta capilla, cuyo frontispicio aún se puede observar.

Pero, como siempre, los gobernadores en turno quieren dejar su huella para trascender, modificando áreas urbanas y cambiando nombres, siendo gobernador Aureliano Castañeda y presidente municipal Enrique Enciso, el 21 de marzo de 1926, se inauguró el monumento a Benito Juárez, instalado a la entrada de la Alameda; entonces se borró el nombre de Trinidad García de la Cadena y se le puso el del héroe de Guelatao, el cual perduró hasta 1942, cuando el gobernador Pánfilo Natera transformó totalmente el entorno de la Alameda, le devolvió el nombre de García de la Cadena, pero la partió en dos para abrir

una calle y separar a la Alameda del jardín Morelos, ahora llamado, desde el gobierno de José Rodríguez Elías, Jardín a la Madre.

Dentro del polígono de la Alameda Trinidad García de la Cadena a dos cuadras rumbo al Norte caminando por la calle Fernando Villalpando doblando hacia el Poniente se encuentra el callejón de Cornejo, luego el del Ideal y más adelante el de Mártires de Chicago, los tres conducen, rumbo al Poniente, a la plazuela de Yanguas, que debe su nombre a la capilla que se llamó “Jesús de Yanguas” (seguramente en honor de un

prominente minero oriundo de aquélla villa de la región histórica de Castilla la Vieja), capilla que fue clausurada en tiempos de las Leyes de Reforma de Benito Juárez. Ahí, en la esquina de Cornejo y Yanguas 46, me tocó nacer, en una modesta casita que mi padre rentaba a don Federico Sescosse Lejeune.

SI LA ALAMEDA HABLARA

A través de este artículo, la Alameda Trinidad García de la Cadena ha hablado y para reforzar su lamento, las asociaciones civiles Pro Alameda Trinidad García de la Cadena A. C., y el Comité de Vecinos de la calle Fernando Villalpando y Anexas A. C., que representan a ciudadanos, vecinos, usuarios interesados en la preservación del patrimonio de los zacatecanos han manifestado su inconformidad y su rechazo al proyecto que SINFRA presentó el pasado 28 de enero, donde se expusieron planos y se exhibió una maqueta, muy distinta a lo que se acordó en las mesas de trabajo efectuadas en las oficinas de la UNESCO, corresponsalía Zacatecas.

Lo más grave es que, personalmente, el gobernador del Estado ha participado, en calidad de Testigo de Honor, en los diálogos a fin de obtener un consenso, sin embargo, se ha faltado al compromiso signado.

Con el propósito de enterar a la población, el grupo inconforme ha dado a conocer que está a favor la RESTAURACIÓN de la Alameda, más NO a la MODIFICACIÓN de la misma, como se pretende hacer de manera caprichosa utilizando el poder. Para el efecto, los vecinos han programado una serie de eventos culturales y artísticos de protesta con el título de “Si la Alameda hablara”, los cuales se llevan a cabo en el monumento al afamado Francisco García las tardes de los domingos del mes de marzo, que terminarán al comienzo de las tradicionales “Mañanitas de Abril”.

Los organizadores han dado a conocer a los medios de comunicación su punto de vista, pero, no hay eco, será que, ¿están sujetos a subsidios oficiales? ¡es pregunta! como dice Catón, que conste: “yo no crítico, nomás digo”.

En fin, veremos quién tiene razón, si el sector oficial o Fuente Ovejuna Señor.

 


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